mayo 03, 2007

Semana pasada

No se han sentido alguna vez con una flojera tan grande que los invade desde el momento en que se levantan y no se va ni siquiera después de bañarse -con agua fría o caliente-, y no importa que ya estén "despiertos" después de un rato regresa.

Esta semana ha tenido de esos días desde el principio, lo malo es que tengo tanto trabajo que lo que me cansa no es en sí eso, sino el estar luchando para que no me tumbe la flojera. Suena un tanto pardójico, pero así es.

Me he acostado relativamente temprano, pero al parecer las 7-8 horas de sueño diarias ya no son suficientes; ahh que tiempos aquellos en la escuelacuando 5 horas -y a veces menos- eran suficientes para despertar fresco como lechuga después de trabajar incesantemente durante días enteros. ¡Qué tiempos aquellos!

Ahora, uno despierta con sueño en los sábados o los domingos con mucha hambre, sed, o una resaca por la parranda de la noche anterior. "¡Oh, si la mesera!" Vociferaban los amigos después de unos tragos, entre fotos después, brindar. Luego, ¡Oh no, la botella se acaba de drenar -junto con nuestras carteras! y de pronto sale la idea de ir a otro lugar. Pasamos lo que queda de la noche entre la vista de pieles tersas, y otras no tanto. El lugar cierra y nosotros salimos con hambre, vamos a "¿desayunar?" y las vociferaciones acerca de la mesera (en este caso se trata de otra) no se hacen esperar. ¿qué se le va a hacer? es el precio del éxito y de poder salir con los amigos cuando a uno se le pegue la gana.

Sobre la flojera, solo diré que sigo luchando contra ella, espero algún día ganar esta batalla.

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