marzo 27, 2007

Tristeza

Hoy es unos días de esos, en los que uno cree que las constelaciones se alinearon exclusívamente para jugarle una mala pasada. Hoy todo parece una broma, una cruel broma. Es uno de esos días que parecen imposibles de llegar, los que uno no anhela, los que uno aborrece en el preciso instante en el que todo, TODO se ha ido al carajo.



Si, uno de esos días en los que la tristeza es abrumadora, en los que la desesperanza cubre la vista de uno con un velo tan espeso que no se ve ninguna salida, ni para atrás ni para adelante. Uno de esos días que uno no ansía que termine por que al despertar al día siguiente se dará cuenta que el día anterior no fue un mal sueño solamente, sino que en realidad si ocurrió, y como el mundo no anda hacia atrás, pues solo queda vivir con nuestros errores, o tratar de enmendarlos (aunque éste no sea el caso, ya que hipotéticamente el error fue hecho hace ya tiempo, y en estos momentos no tiene arreglo).



Pues, bien, este es uno de esos días en los que uno solo puede sentarse y esperar por una nueva oportunidad, para ver si la toma o la deja, a eso se resume todo, a eso solamente. Y por la razón de todo esto, no se preocupen, que no se discutirá en este día, talvez en una entrada posterior se podrá saber, pero mientras... mientras... soñaré con que no me dijeron nada hace rato... con que no tengo conocimiento de nada, es más fácil ignorar la realidad...



Adiós.




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1 comentario:

Anónimo dijo...

En este mundo solo existen dos cosas que provocan tristeza. Las mujeres y los cachorros muertos.

Como asumo que no viste un cachorro atropellado, entonces el problema es de mujeres.

Las mujeres son como las micros: "Ya vendra otra"

Y si algo he aprendido, es que la vida siempre da segundas oportunidades. Las mujeres tambien pero no lo anuncian tanto como la vida.

He dicho.