febrero 23, 2008

Decisiones

Todos los días, todos nosotros hacemos decisiones, a cada momento.

Unas son decisiones que tomamos en el momento, otras ,las pensamos, las meditamos, contemplamos todos los aspectos que conllevan hacerlas, y al final -en teoría- afrontamos lo que éstas acarrean.

Yo digo que no hay decisiones buenas o malas, sólo las que nosotros hacemos, ejerciendo nuestro libre albedrío, enfrentando las consecuencias de nuestros actos, nos gusten o no.

Alguien me dijo -no hace mucho-, "Nunca hagas tu vida en función de alguien más". Cuánta razón ha tenido, creo que yo debí haber hecho eso hace mucho, mucho tiempo; no dejar que la influencia de otras personas, directa o indirectamente, sobre nosotros nos haga tomar decisiones de las que probablemente nos arrepintamos después.

En éstos momentos, sólo estoy pensando en una cosa; bueno, no, no en una cosa, en una persona, alquien que realmente quiero que esté en mi vida de una manera más profunda, que no sólo se quede en la superficie, pero no quiero hacer algo de lo que luego me vaya arrepentir.

El caso es que, como digo, nuestra vida está basada en las decisiones que tomamos, a dónde vamos a llegar, y cómo vamos a terminar. Puede que después de hacer varias decisiones que podrían parecer erróneas, terminemos en un callejón sin salida -metafóricamente hablando, claro está-, pero realmente eso no es cierto, siempre habrá algo más, algo que nos haga seguir adelante, y al final, esas decisiones (cuántas veces ya mencioné ésta palabra), nos darán las lecciones que necesitamos aprender para no volver a lo mismo, para no hacer justicia a la siguiente cita, la cual, no recuerdo de quién es:

"El ser humano, es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra".

Bueno, después de esta pequeña epifanía, y después de balbucear un poco, me despido por un rato, jeje tengo que seguir viendo Carlito's Way.

1 comentario:

Loana dijo...

Puts hasta no decidir nada trae consecuencias. Igual yo me resisto a pasar por la vida como sombra o como espectador. Prefiero sentir que ando trepando un arbol y que, obvio, cuando agarro una rama me alejo más de las otras. Pues esta quiero trepar ¿no?