enero 06, 2008

Yo soy así (Parte II de Muchas)

Todos los días cuando me despierto, me baño, me visto (secándome antes), cuando tengo tiempo desayuno un vaso de leche o jugo (lo que haya), y me dispongo a ir a trabajar. Camino a donde tomo el camión que me deja cerca de mi trabajo, siempre paso enfrente de una iglesia cuya cruz en las noches se enciende con lámparas de neon, cual si fueran de esas capillas donde las personas estúpidas se enlazan en matrimonios express en las vegas (según lo que he visto en las películas, claro está).

Yo, por si no lo saben muchos de ustedes soy -al menos en teoría- católico, me bautizaron, hice mi primera comunión, y comulgué (según mis cálculos) dos veces más después de eso. Pero ha pasado mucho desde la última vez que entré a una iglesia mientras daban misa. Realmente no recuerdo cuánto tiempo ha pasado. Y creo que el tiempo seguirá pasando antes de que yo vuelva a ir a una iglesia a dormirme durante la oir misa.

No me gustan las religiones, no me gusta que me digan qué hacer, bajo qué reglas puedo vivir, no comer cerdo, no comer carne en viernes, dar diezmo, orar con la cara dirigida hacia un punto no sé cuántas veces al día, ver el sexo como algo impuro y dedicarlo exclusivamente a la preservación de la especie, relegar a la mujer a un segundo (sino es que más bajo) término.

Yo vivo como yo quiero vivir, bajo las reglas que dicta la sociedad para coexistir pacíficamente -ajá- no matando a nadie, no robando, no insultando, en resumen, respetando a mi prójimo, a las demás personas. Si no se meten conmigo, yo no me meto con ustedes. Fuera de eso, si yo quiero hacer, decir, pensar, comer, etc. lo que yo quiera, lo hago. No me rijo por ningún dogma, no me gusta que me dicten qué puedo o no hacer.

Pueden decirme ateo, hereje, etc. Yo creo en diós, en la existencia de un ser superior, o algo así, llámenlo como quieran, pero yo me siento cómodo creyendo en eso, en no ser juzgado según dichas reglas, por hacer lo que me gusta, lo que me complace.

Eso es lo chido de la vida.

Por hoy no hay odios, tengo mucho sueño. Abur.