Es curioso cuando de la nada empiezan a llegar a tu camino señales sobre lo que debes hacer; las cuales parecieran ser enviadas por un ser superior. Precisamente eso ha pasado en estos dos últimos días, en los cuales he tenido una ola interminable de indecisiones acerca de... un asunto.
Dicho asunto tiene poco tiempo de estar rondando en mi cabeza pero ahora no puedo sacarlo de mi cabeza. Sobre las indecisiones, éstas se refieren principalmente a mi inherente naturaleza de perro cobarde -sí, como Coraje, el perro de Cartoon Network-. Pero, se preguntarán de qué manera tienen que ver... Ahh pues, simple y sencillamente, por el hecho de que han habido varias situaciones en estos dos días que me han hecho reflexionar en mi manera de actuar.
Debo dejar de ser tan analítico -cuando menos por un momento-, de jugar 'a la segura'. Debo apostar, debo arriesgar, debo 'aventarme' al ruedo. Si, al final de esto, no pasa nada, ni modo, pero entonces tendré la seguridad de que ya no quedó en mí, que hice lo que tenía que hacer, y no me quedé con ésto que traigo dentro de la cabeza...
Sé que suena una de mis acostumbrados 'propósitos' que no llevo a cabo, pero, no sé... sé que vale la pena luchar por ésto, sé que es muy posible que no pase nada, o al contrario de que sí pase, el meollo del asunto es vencer ese temor a lo que pueda venir.
Tengo que dormir un rato, mañana será un buen día, como todos. Adiós.
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